El matrimonio y la virginidad son dones de Dios. La lectura de 1 Cor 7 nos muestra a un Pablo que confiesa su celibato, pero que no desdeña en absoluto el matrimonio como si fuera inferior o no tuviera el rango de carisma o de don de Dios. Por lo mismo, se infiere tambien claramente lo que Pablo atestigua: la igualdad entre el hombre y la mujer. Pablo habla del matrimonio desde la tradición bíblica y judía,pero se abre a la realidad nueva de los cristianos que han de vivir con el mundo religioso helenista, y ello le obliga a contemplar nuevas situaciones para los miembros de la comunidad