El tema de la sumisión y subordinación de una persona a otra ocupa una parte importante en los códigos de conducta del cristianismo primitivo. A partir del estudio del verbo correspondiente (hypotassomai) en la carta primera de Pedro y presente también en la carta a los Efesios, se percibe un nuevo significado del mismo en cuanto a la exhortación a tener actitudes de humildad, de servicialidad y de bondad en las relaciones con los demás. Esta ética de la disponibilidad constituye un elemento específico de la conducta propia y genuina de los cristianos