Exhortación Apostólica: Gaudete et Exsultate

Por: Tipo de material: TextoTextoSeries Colección: Magisterio del Papa FranciscoDetalles de publicación: España : Madrid San Pablo 2018Edición: 1a. ed. españolaDescripción: 126 p. catellanoISBN:
  • 978-84-285-5520-3
Tema(s): Clasificación CDD:
  • 201.163
Resumen: 1-. Alegraos y regocijaos (Mt 5,12), dice Jesús a los que son perseguidos o humillados por su causa. El Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada. En realidad, desde las primeras páginas de la Biblia está presente, de diversas maneras, el llamado a la santidad. Así se lo proponía el Señor a Abraham: Camina en mi presencia y sé perfecto (Gn 17,1). 2-. No es de esperar aquí un tratado sobre la santidad, con tantas definiciones y distinciones que podrían enriquecer este importante tema, o con análisis que podrían hacerse acerca de los medios de santificación. Mi humilde objetivo es hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades. Porque a cada uno de nosotros el Señor nos eligió para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor (Ef 1,4).
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Libros Libros Biblioteca Mons. Antonio Troyo Calderón Colección General Disponible L39307
Libros Libros Biblioteca Mons. Antonio Troyo Calderón Colección General Disponible L39308
Libros Libros Biblioteca Mons. Antonio Troyo Calderón Colección General Disponible L39709

Versión catellana por Libreria Vaticana (2018)

1-. Alegraos y regocijaos (Mt 5,12), dice Jesús a los que son perseguidos o humillados por su causa. El Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada. En realidad, desde las primeras páginas de la Biblia está presente, de diversas maneras, el llamado a la santidad. Así se lo proponía el Señor a Abraham: Camina en mi presencia y sé perfecto (Gn 17,1). 2-. No es de esperar aquí un tratado sobre la santidad, con tantas definiciones y distinciones que podrían enriquecer este importante tema, o con análisis que podrían hacerse acerca de los medios de santificación. Mi humilde objetivo es hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades. Porque a cada uno de nosotros el Señor nos eligió para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor (Ef 1,4).

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