Analitica-Central
Hace ya 30 años, el decreto sobre la formación sacerdotal que el Concilio Vaticano II ofreció a todos los Seminarios del Mundo Católico, estableció: «Enséñense las disciplinas filosóficas de forma que los alumnos lleguen, por encima de todos, a un conocimiento sólido y coherente del hombre, del mundo y de Dios, apoyados en el patrimonio filosófico de perenne validez, teniendo también en cuenta las investigaciones filosóficas de la edad moderna, particularmente aquellas que ejercen mayor influjo en la propia nación, y los últimos progresos de la ciencia. De esta manera, con el recto conocimiento de la mentalidad de la época actual, los alumnos estarán preparados a tiempo para dialogar con los hombres de su época. La historia de la filosofía ha de enseñarse de forma que los alumnos, a la vez que conocen los últimos fundamentos de los diversos sistemas, retengan cuanto hay de probablemente verdadero en ellos y puedan descubrir y refutar las raíces de los errores"
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