Evaluar para conocer, examinar para excluir
Tipo de material: TextoSeries Colección: PedagogíaDetalles de publicación: España : Madrid Ediciones Morata, 2001, c2008Edición: 3a. edDescripción: 126 pISBN:- 978-84-7112-462-3
- 370.1180
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Libros | Biblioteca Mons. Antonio Troyo Calderón | Colección General | Disponible | L27792 | |||
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Libros | Biblioteca Mons. Antonio Troyo Calderón | Colección General | Disponible | L39834 |
La razón de tal premisa es que de la evaluación siempre aprendemos, evaluamos porque queremos conocer; sin embargo con el examen, normalmente confirmamos saberes o ignorancias, pero profesores y alumnos aprendemos poco. Ejercida como actividad al servicio del conocimiento, la evaluación está llamada a desempeñar una función formativa importante en los procesos de aprendizaje. Pero si se limita al examen, aquel ejercicio de aprendizaje se transforma en un instrumento de distribución, que en muchos casos acaba en exclusión. La preocupación por la acción éticamente comprometida de la evaluación, más que por el afán por la objetividad, será la garantía de que actuará siempre al servicio de quienes aprenden: del profesor para seguir mejorando en su quehacer docente; del alumno en su necesidad de asegurar el aprendizaje que le abre las puertas para la inclusión y la participación en los bienes culturales y científicos.
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