Analitica-Central
En el mundo de hoy hay una marcada toma de conciencia tendiente a liberar al hombre de toda esclavitud que impida su desarrollo integral, ya sea en el campo socio-económico como en el religioso-cristiano. En este último campo, el problema de la pobreza es una de las preocupaciones que más atormenta a la Iglesia Católica. El Concilio Vaticano II en la Lumen Gentium No. 8 lo reconoce así al decir: "Cristo fue enviado por el Padre a "evangelizar a los pobres, y levantar a los oprimidos (Le 4, 18), para buscar y salvar lo que estaba perdido (Le 19,19)" de manera semejante la Iglesia abraza a todos los afligidos por la debilidad humana, más aún, reconoce en los pobres y en los que sufren la imagen de su Fundador pobre y paciente, se esfuerza por aliviar sus necesidades y pretende servir en ellos a Cristo"
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